En unos días, mi tío Otto cumpliría 15 años, él era un Fox Terrier muy inteligente! A todos los que lo conocimos nos gustaría que siguiera con nosotros, pero allá en el cielo de los perritos ya lo necesitaban… De repente no compartí mucho con él, pero quiero contarles de lo poco que viví a su lado, sobretodo para los que no lo conocieron, porque fue un super perro!
La primera vez que me llevaron a la casa de mi abuela y conocí a mi tío Otto, me asusté. No estoy acostumbrado a tanta demostración de cariño y él era excesivamente amoroso. No paró de corretearme para darme besos y estaba atento a cada movimiento que hacía. Ya después me avivé y yo mismo le ponía el parche o trataba de ponerme encima de él. Dicen que los perros y los gatos no se llevan bien, pero este no era el caso. Además yo sé que mi tío Otto hubiera sido incapaz de hacerme daño, a pesar de que le gustaba jugar al león y al domador porque siempre buscaba que pusiera mi cabeza en su boca :p
Otto era un perro único y le encantaba pasear en carrito -de ahí que mi mamá le decía: "Otto, el Piloto”-.
Siempre andaba feliz, aún si estaba enfermito y estaba pendiente de su familia. No pedía mucho a cambio, sólo que lo acaricien un poco cuando llegaran a la casa. Y le hacía caso a mi papá en todo: se sentaba, se echaba y traía su oso (el cual fue reemplazado luego por un perro cantarín).
Tío Otto, si bien se siente tu ausencia en la casa, nos dejas a todos llenos de gratos recuerdos.
Literalmente, te queremos de acá hasta el cielo!!!
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