Como buen hijo gato la cuidé, velando su sueño echado sobre ella. Sé que lo tomó a broma y pensó que era un fresco que me aprovechaba de la situación, pero lo cierto es que era mi forma de transmitirle buena energía para que se recupere pronto.
Y es que según algunos investigadores, nuestro ronroneo, además de ser una muestra de felicidad, también sirve para curarnos a nosotros mismos. Así que por que no aprovechar para también curar a nuestros seres queridos!
Quienes poseen gatos, tienen menos probabilidades de morir de un ataque al corazón o un derrame cerebral. El sonido y vibración de nuestro ronroneo ayuda a sanar los huesos y por nuestra forma de ser, ayudamos a los humanos a que reduzcan el estrés y ansiedad. Así que, contrario a los que muchos creen sobre ser dañinos para los seres humanos, con mitos sobre enfermedades que transmitimos, realmente les ofrecemos muchos beneficios.
Ahora, con más razón, todos los gatitos del mundo merecen tener un hogar feliz! :D