domingo, 14 de agosto de 2016

Rompí el saco de papá

Como ya les había anticipado, hoy les voy a contar sobre mi travesura reciente. Bueno, resulta que mis papitos últimamente paran muy apurados y están mucho tiempo en la calle, así que me siento solito y aburrido.

Cuando están en la casa, tengo permiso de salir por las ventanas, pero cuando salen, cierran todos. Pero uno de estos días, cerraron todo, menos las puertas del closet...

Pues, sí, yo me aburro y la verdad es que mis juguetes y rascadores no son suficiente. Además, a mi mamá se le ha olvidado recortarme las uñas. Normalmente lo hace una vez cada dos semanas, pero ya ha pasado ese tiempo y nosotros los gatitos tenemos la necesidad de afilarlas!

Y bueno, ahí estaba la puerta abierta, tentándome a entrar y disfrutar de todas esas hermosas prendas donde podía afilar mis uñitas... y lo encontré... aquel saco azul que mi papá se había comprado recientemente y sólo se había puesto una vez (jejeje). 

Y no me aguanté, me entregué al placer de afilarlas, les juro que disfruté cada momento en que mis uñitas rasgaban aquel saco azul... Pero cuando mi papá regresó y se dio cuenta, no le pareció bien lo que había hecho y se molestó mucho conmigo...


Esa noche mi papá estuvo muy molesto conmigo y yo estaba inapetente, desconsolado y muy triste, al borde del desmayo porque mi papá no quería hablarme...

Así fue como quedó el saco.


Pero al final, mi papá y mi mamá conversaron, se dieron cuenta de que no es mi culpa que yo sea así porque es mi instinto y que ellos deben tener más cuidado con las cosas que dejan a mi alcance. Están más comprometidos de darme un espacio para jugar con ellos y estar pendientes de recortar mis uñitas.

Y mi papá y yo nos reconciliamos!!!

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