Ya van poco más de dos meses de vivir con mi hermanita... Al principio todo fue muy raro, pero poco a poco me estoy acostumbrando y he descubierto que no tengo que aislarme por ella.
Si bien en la noche ya no puedo dormir con mis papis, durante el día puedo estar con ellos y cuidar a mi hermanita. También me gusta jugar con sus juguetes, aunque debo tener cuidado de no arañarla de casualidad. Cada día que pasa la quiero más, por eso ya le hago cariñito en su cabeza. ¡Y mis papis están felices de que nos llevemos muy bien! Aunque a veces se me da por echarme en su cuna jejeje...
Sé que no somos iguales, por eso mis papás toman ciertas precauciones. Por ejemplo, no les gusta que me acerque a sus biberones porque dejo pelitos. Tampoco me dejan solo con ella porque soy muy curioso y no mido mis acciones. Yo lo comprendo porque no me gustaría hacerle daño.
Cuando llegan los fines de semana me pongo muy feliz porque en esos días, mis dos papás están en la casa; así que mientras uno de ellos atiende a mi hermanita, yo puedo echarme con el otro para que me haga cariñito. ¡Es lo mejor de la vida!
La verdad es que no imaginé que sería tan feliz y espero que crezca pronto para poder jugar!!!
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